Desde un punto de vista teórico parece haber un consenso acerca de la doble naturaleza de la motivación del alumnado, extrínseca e intrínseca. Considerada desde la perspectiva del estudiante, la componente intrínseca es la inherente a su personalidad, y la extrínseca aparece a través del proceso de enseñanza y aprendizaje suscitado por el docente.
En esta entrada de blog afirman: "los docentes hemos de fomentar en los alumnos la motivación adecuada suscitando el interés y sintonizando con sus deseos de autonomía, progreso, reconocimiento o, sencillamente, bienestar (motivación inicial). Posteriormente, hemos de gestionar todo el proceso de forma que se puedan alcanzar los objetivos planteados facilitando estrategias para afrontar las diversas tareas (motivación para el logro). Para ello es imprescindible el esfuerzo, tan mal considerado en una sociedad como la nuestra que valora mucho los derechos y en la que el deber se contempla como algo peligroso (...). Sin embargo, no hemos de olvidar que si el esfuerzo no va asociado a la consecución de los objetivos establecidos puede ocasionar sobre el alumno sentimientos de impotencia. Continuamente abogamos por la introducción del aprendizaje emocional en el contexto escolar que, en el caso expuesto, permitiría al alumno soportar las dificultades y sentirse capaz de afrontar los retos planteados. La forma que tiene cada alumno para explicarse sus éxitos o fracasos (estilo atribucional) resulta decisiva en el rendimiento académico (ver artículo anterior /aprendiendo-a-ser-optimistas/). El optimista es capaz de interpretar las dificultades como retos mientras que el pesimista, en la misma situación, sólo ve problemas."
Es decir, tenemos que tener en cuenta que cada estudiante puede motivarse por razones diferentes, como indican en este documento, en el que sugieren que puede ser más importante crear el interés por la actividad que por el mensaje de la misma. Por ejemplo, en una experiencia realizada con estudiantes de 6.º curso de Educación Primaria centrada en la construcción de los materiales necesarios para la actividad (basada en el juego del paladós), los participantes "declararon que construir y usar sus propias palas les había motivado a jugar, y que la experiencia
había permitido desarrollar su creatividad y, a la vez, conectar los contenidos de varias asignaturas" (Méndez-Giménez, Martínez-Maseda y Fernández-Río, 2010, p.1).
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En esta web, también señalan la importancia de la metodología y los recursos didácticos utilizadas, para alentar la motivación del alumnado. Y señalan algunas claves para motivar a los alumnos.
Por un lado, potenciar la motivación intrínseca. Pese a que es un tipo de motivación que, por definición, nace del interior de la persona, apuntan que existen estrategias para potenciarla, tales como:
- Intentar asociar las actividades de la clase con los intereses del estudiante: deportes, música, eventos de actualidad, cultura audiovisual, etc.
- Despertar la curiosidad del estudiante apelando al factor sorpresa. Por ejemplo, señalando discrepancias existentes entre determinadas creencias de la mayoría de la gente sobre muchos temas y la realidad.
- Utilizar juegos y actividades, on line y físicas, para hacer las clases más divertidas, amables y cercanas a los alumnos.
- Introducir variedad en la organización y estructura de las clases para no aburrir a los alumnos con una excesiva monotonía.
Por otro lado, defienden la importancia de ceder el protagonismo a los estudiantes, haciéndolos muy partícipes de la clase para que puedan preguntar y opinar si ningún miedo, ni sentirse cohibidos, generando un feedback activo, donde todos, en la medida de sus posibilidades, puedan aportar algo haciendo las clases mucho más amenas, interesantes y provechosas. Como propuesta de ejercicio interesante y altamente motivador, recomiendan pedir a los estudiantes (individualmente o por grupos) que creen un producto cultural relacionado con las materias que estén trabajando, mediante la elaboración de un blog interactivo o un vídeo.
En este sentido, las metodologías y recursos innovadores son fundamentales, así como la imaginación y creatividad del docente para usarlos con un toque original y motivador. Por ejemplo, sugieren que se puede utilizar el visionado de un vídeo de una película histórica para que los alumnos encuentren fallos e incongruencias, fomentando al mismo tiempo su espíritu crítico.
Por otro lado, abogan por evitar dar demasiada importancia a las evaluaciones, minimizando la sensación de ansiedad y la competencia no constructiva entre compañeros. En este sentido apuntan una idea clave: quienes estudian solo pensando en las calificaciones no disfrutan del placer de aprender por el mero hecho de hacerlo e, incluso, por diversión, pudiendo perder más fácilmente la motivación.
Finalmente, aconsejan trasladar la motivación del docente a los estudiantes, pues la motivación también se contagia. Así, una estrategia muy eficaz es que el profesor comunique su propio interés por lo que se está trabajando a los alumnos, que son los primeros en detectar la pasión de un docente, pero también su desgana o falta de interés.
Méndez-Giménez, A., Martínez-Maseda, J., y Fernández-Río, J. (2010). Impacto de los materiales autoconstruidos sobre la diversión, aprendizaje, satisfacción, motivación y expectativas del alumnado de primaria en la enseñanza del paladós, En Congreso Internacional AIESEP. Los profesionales de la educación física en la promoción de un estilo de vida activo (pp. 26-29). A Coruña. Extraído de: https://www.researchgate.net/profile/Antonio_Mendez-Gimenez/publication/236268049_Impacto_de_los_materiales_autoconstruidos_sobre_la_diversion_aprendizaje_satisfaccion_motivacion_y_expectativas_del_alumnado_de_primaria_en_la_ensenanza_del_palados/links/00b7d51778997b4352000000/Impacto-de-los-materiales-autoconstruidos-sobre-la-diversion-aprendizaje-satisfaccion-motivacion-y-expectativas-del-alumnado-de-primaria-en-la-ensenanza-del-palados.pdf
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